jueves, 30 de julio de 2009

REGALO DEL CIELO

El frío de la madrugada se refugiaba entrometidamente bajo los poros de mi piel. Mi nariz enrojecía y mis músculos danzaban al compás del viento, provocando un intenso temblor que impedía mi correcto desempeño laboral.
Ya era hora de volver y mi carrito seguía vacío. A mis cortos 7 años puedo asegurar que los cartones le temen a las heladas, casi tanto como yo le temo a mi padre al volver a casa con las manos vacías. Sea como fuere allí iba, dispuesto a enfrentar lo que sea con tal de no arruinarle el cumpleaños a mi hermanita. Si, era su cumpleaños número 4 y quizás por mi culpa no le iban a poder regalar el helado que mi madre le había prometido.
Temeroso y afligido abrí lentamente la puerta de mi casa, dispuesto a entregarme a las manos del mismísimo diablo. El silencio dominaba el frío monoambiente al que inocentemente alguna vez llamé hogar. Mi hermana aún dormía. Unas botellas vacías en el suelo me contaban una triste historia que no quería enfrentar y los llantos de mi madre en el baño me lo confirmaban; mi padre había vuelto a tomar.
La bronca que invadía mi cuerpo se materializaba a través de unas entrometidas lágrimas que se abrían paso en mis mejillas, mientras la mismísima inocencia se hacía presente en el suave despertar de mi hermanita. Ansiosa y alegre me rogaba con sus ojos que no rompiera su ilusión. -Otro cumpleaños sin regalo-Pensé. Secando mis lágrimas prometí que cumpliría la promesa de mamá; tapé sus ojos con mi remera y salimos afuera. Sacamos la lengua y unos fríos y pequeños copos blancos enfriaron nuestra boca. -Mmm crema americana-Pronunció. Yo contenía mi desconsuelo, mientras la nieve alimentaba su alma.

2 comentarios:

Unknown dijo...

na,me quebre....

E-mail: dijo...

te traigo un yeso?..fuerte el cuento..tan fuerte como la mismisima realidad..gracias por comentar..